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TRADICIONES

ANEXIÓN DEL PARTIDO DE NICOYA

El partido de Nicoya era un territorio que comprendía las tierras ubicadas entre el río de la Flor y el lago de Nicaragua al Noroeste y al Sur de Costa Rica (Golfo de Nicoya, Río Tempisque, río Salto y una línea que unía a éste con el inicio del Desaguadero o río San Juan) al este. Esta región era muy independiente; por lo general, depende en lo civil y en lo administrativo de la Capitanía General de Guatemala. Sin embargo, debido a su cercanía con los pueblos costarricenses de Puntarenas, Esparza, Bagaces y las Cañas, había logrado gran identificación con nuestro país.

Además, en el año 1812 el Partido de Nicoya fue unido a nuestro país, para que completáramos la población necesaria y así poder tener un represéntate en los Costes de Cádiz, en España. De esta forma, muestro país pudo iniciar al presbítero Florencia del castillo que tuvo una gran participación en defensa de los derechos de los indígenas.

LA ANEXIÓN

Cuando se declaro la independencia di centro América en el año 1821, las autoridades nicaragüenses comenzó a tener cierta influencia sobre los nicoyanos. Sin embargo, Nicaragua era un estado con muchos problemas internos y los habitantes se sentían mas intensificados con nuestro país.

Entonces, los habitantes de Nicoya acordaron en cabildo abierto elevar una carta encabezada por su jefe, Cupertino Briceño, pidiendo la anexión a la provincia de Costa Rica. En ese tiempo Costa Rica no era todavía una república, por la tanto la petición del partido de Nicoya debía presentarse al congreso general de Guatemala. Cuando se reunió dicho congreso, los diputados costarricenses informaron la petición de Nicoya presentando todos los documentos y actas firmada por Cupertino Briceño, que era el alcalde de Nicoya y fue quien propuso la idea de la anexión.

Aclararon que, por su situación territorial, los pueblos de lo que hoy es Guanacaste tendría mayores ventajas perteneciendo a Costa Rica. El 25 de julio de 1824 queda confirmado definitivamente el acuerdo; los integrantes de la villa de Nicoya, reunidos en Cabildo Abierto, declararon solemnemente que se consideraban desde ese momento integrados al estado de Costa Rica. El jefe de Estado de nuestro país es ese momento era don Juan Mora Fernández.

Desde el 25 de julio de 1824 quedo escrito en el escudo de la provincia De la Patria por Nuestra Voluntad, pues fueron los habitantes de la provincia quienes decidieron anexarse a Costa Rica.

El árbol de Guanacaste es representativo de la provincia, pues hay muchos en la zona, sin embargo, el nombre surgió a mediados del siglo XVIII, por un frondoso árbol que se encontraba donde solían los caminos que iban hacia Bagaces, Nicaragua y Rivas, ese lugar corresponde a donde esta actualmente el parque de Liberia.

En el año 1831 se le concedió él titulo de Villa al pueblo de Guanacaste. En el año 1848 se le dio la categoría d provincia con cuatro cantones: Guanacaste, Nicoya, Santa Cruz, Bagaces y Cañas. Actualmente la provincia tiene 11 cantones.

TRADICIONES GUANACASTECAS

La marimba es la expresión popular que más refleja la cultura guanacasteca

La tradición y las historias populares orales son parte fundamental para entender a los pueblos. En Guanacaste existen dos devociones muy importantes que se celebran cada año y son la del Cristo Negro de Esquipulas en Santa Cruz y la de la Virgen de Guadalupe que se celebra en Nicoya.

La cultura de Santa Cruz es multifacética, por surgir en una encrucijada o zona de paso, los intercambios culturales a través del tiempo son muy variados, por eso no se puede estudiar las costumbres y el folclore de este cantón desligado de la historia.

La tradición oral dice que Cristo de Esquipulas apareció en unas matas de coyol en los terrenos de Bernabela Ramos. Allí lo había dejado escondido un guatemalteco que negociaba con los milagros del santo, y que era perseguido por las autoridades. La imagen la encontraron unos peones de doña Bernabela y la llevaron a su patrona y se hizo una ermita en el lugar. Sin Embargo no se señala ni fecha ni momento cuando aparece dicho Cristo.

Todos los años se celebra cada mes de enero las festividades del Cristo de Esquipulas; y en el mes de diciembre la devoción de la virgen de Guadalupe.

Gran parte de la cultura de Guanacaste tiene huellas de esta tradición y devoción religiosa tales como fiestas, comidas, las montas de toros y las fiestas cívicas o religiosas. Estas fiestas cívicas, son originales y no forman parte de costumbres extranjeras heredadas.

Esta mentalidad religiosa y sus festividades, forman parte arraigada de la tradición y la cultura popular cuya esencia hay que buscarla en la religiosidad popular a los santos que vinieron del Nuevo Mundo con los españoles.

En Guanacaste aún se conserva la cultura del maíz y sus festividades.

La tradición de la peregrinación, rosarios y velas se registran en distintos distritos y poblados de Santa Cruz. Pero quizás donde se da con más devoción y tradición es en la comunidad de Arado en Santa Cruz, según señala el investigador Roberto Cabrera Padilla.

Esta peregrinación se celebra del primero al catorce de enero de cada año.

Los rezos y velas, los rosarios y oraciones son acompañados de bebidas y comidas de maíz tales como chicheme, tamales y rosquillas.

A veces estas velas se festejan con marimbas y guitarras, pero no se baila.

La procesión de Cristo Negro, los ritos, las misas, lo mismo que la monta de toros, los bailes, las comidas , bebidas tienen mucho de la antigua fiesta de pueblo, cuando los toros sabaneros llegaban de la hacienda La Girona de Francisco Cubillo Incer, la más grande de Santa Cruz en la primera mitad del este siglo.

Hablar de las fiestas cívicas del Guanacaste, es hablar del folclores pampero, muchas veces descrito por el escritor y poeta costarricense profesor José Ramírez Sáizar. Es hablar de sus caballos cola parada y rascadores, de la albardas de cuero crudo, del pellón adornado de crines, del pretal, de las espuelas, el toril, el bramadero, de las barreras abiertas, de los toros santacruceños, de los potros cimarrones; habrá que recordar los montadores liberianos, a Nicoya y sus baqueteros, a Cañas y sus lazadores, a Bagaces, etc.

Aún se conserva parte de la forma de montar y suertear los toros, los payasos, la reina de las fiestas, los juegos de pólvora, la música de marimba y las parejas que bailan por todo lado. Todo en conjunto formaba parte de una atractiva tradición, que se celebraba en cada uno de los cantones del Guanacaste. Hoy esa tradición es llevada a todos los distritos y caseríos de todos los distritos y caseríos de los cantones guanacastecos, pero en forma desnaturalizada.

Pero lo que ya no se puede ver son los rebozos de alegres colores que usaban las mujeres anteriormente en las procesiones.

En esta celebración es importante resaltar " el baile de los indios promesanos ", que acompañan al Cristo en las procesiones, misas y demás rituales. Este baile lo realizan vecinos de Santa Cruz y de algunos distritos especialmente Guaitil o Socorro de Cuajiniquil.

Este baile representa a indígenas de la región que llegan ante Cristo para venerarlos y pagar tributo o diezmo como en la colonia.

Esta danza junto con el " Baile de la Yegüita " en las festividades de la Virgen de Guadalupe en Nicoya, con las únicas que pueden encontrarse en la región dentro de las culturas populares de tradición mestiza.

Las danzas, la música y otras expresiones populares, se encuentran también en toda la provincia y son las que más han merecido el interés de los folcloristas e investigadores de lo popular.

Expresiones tales como danzas, gestos, música; sones, pasillos, contradanzas, valsecillos, las bombas, las retahílas, los refranes, las adivinanzas, las creencias, los cuentos, las leyendas y otro tipo de literatura oral, también la medicina popular, las comidas tradicionales y la vestimenta, forman parte de la cultura popular guanacasteca.

Haciendo un recorrido por las costumbres antiguas, nos remontamos en las antiguas haciendas de Guanacaste, que eran más que fincas dominios territoriales, en donde se mezclaban en feliz convivio en sus grandes extensiones, animales domésticos con feroces felinos, en donde existía en sus grandes sitios ganado cimarrón, se instauró la Semana de la Fierra. Una semana de alegría durante el año, para los sabaneros que vestían de chaleco de piel de ternero y cueras, para los vecinos adyacentes de esos dominios y para los propietarios de esas vastas regiones.

En la semana de la fierra había fundamentalmente licor, carne y marimba. Al finalizar, proseguía la monta, el toreo, con baquetas y la destriza de cabalgar potros totalmente chúcaros, montados sin pretal. El fin de aquella semana que podía llamarse la semana precursora de las actuales fiestas cívicas, era la marca que se acostumbraba en todo el ganado, la castra de los machos, destorsalar terneros, seleccionas las bestias caballares, etc.

Las fiestas del Guanacaste de ayer eran algo así como pequeñas fiestas cívicas que se prolongaban por una semana de trabajo y alegría, donde nuestras mujeres de entonces, también compartían fabricando sus guisos, tamales, pisques, rosquillas y chicheme, rompope y vino criollo, bailando al ritmo de la música folklórica.

En los corredores volados de las viejas casonas, que servían de planteles administrativos de aquellas haciendas guanacastecas, se instalaban las marimbas sonoras, construidas por las manos de nuestros legendarios artesanos y por las más finas maderas de los bosques tropicales, y, al golpear sus teclas, jóvenes y ancianos deleitaban a los presentes de la fierra, con La Cajeta, El Torito, Los Amores de Laco, El son de los Novios, Cambute y el Punto Guanacasteco.

Las fiestas del Guanacaste se forjaron inspiradas en las costumbres de las antiguas fierras. En rescate de nuestra cultura, todas esas costumbres deben ser investigadas.


Una mención especial merece la música de marimba, su empleo, y diseño. Este instrumento es multicultural americana, africana, asiática y hasta europea, pero de propagación chiapaneco guatemalteca, es el que se usa en más fiestas populares, junto con la guitarra.

Aunque se ha perdido mucho el uso de las marimbas, todavía se encuentran algunos constructores de marimbas modernas y en escuadra en la provincia; las cuales se usan fundamentalmente en festividades como la del Cristo Negro y la Virgen de Guadalupe. Se podría decir que la marimba es lo que todavía marca a Guanacaste como parte de la región mesoamericana y centroamericana.

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